A TODA MARCHA

La etapa Agena-D modificada para el programa Gemini (Foto: Mark Wade)    En los Estados Unidos, la N.A.S.A. proseguía con su calendario de pruebas. El 20 de enero de 1966, se efectuó un nuevo ensayo Little Joe-II (A-004), demostrando que la torre de salvamento de la cápsula Apolo podía ser usada incluso en una zona de inestabilidades aerodinámicas.

    El 26 de febrero, la misión AS-201 supuso la puesta en servicio del nuevo vehículo Saturn-IB. El cohete había sufrido diversas mejoras respecto a su antecesor, el Saturn-I, destacando en especial la sustitución de la segunda etapa por otra equipada con un solo motor criogénico J-2. En esencia, la etapa S-IVB sería casi idéntica a la que serviría a los astronautas del Apolo para escapar de la gravedad terrestre y dirigirse hacia la Luna.

    El primer Saturn-IB transportó la cápsula/módulo de servicio CSM-009 en una ruta suborbital de 480 kilómetros de altitud. El experimento no sólo verificó el buen funcionamiento del cohete sino que también ensayó la primera Apolo totalmente operativa en el espacio, así como su reentrada y recuperación.

    Paralelamente, la agencia americana proseguía con su programa Gemini, practicando muchas de las técnicas que serían necesarias durante el viaje lunar. Una de las más importantes continuaba siendo el acoplamiento automático, cancelado durante la anterior misión a causa de la destrucción durante el lanzamiento de la nave-objetivo Agena. En esta ocasión, todo fue mejor: el GATV-5003 fue enviado al espacio a bordo de su cohete Atlas el 16 de marzo y permaneció a la espera de la llegada del Gemini-8.

    Confirmado el despegue exitoso de la Agena, el GT-8 partió desde Cabo Kennedy 1 hora y 40 minutos después. En su interior viajaban los astronautas Neil Armstrong y David Scott. El primero se ganaría aquí, probablemente, una buena parte de sus opciones al alunizaje.

David Scott y Neil Armstrong (Foto: NASA)La unidad de maniobra personal no podría ser ensayada en este vuelo (Foto: NASA)

La unidad de maniobra habría permitido evolucionar libremente al astronauta entre las dos naves (Foto: NASA)Los astronautas se entrenan en microgravedad artificial (Foto: NASA)

Scott practica su paseo espacial (Foto: NASA)La tripulación se dirige a la rampa de despegue (Foto: NASA)

El lanzamiento exitoso del GATV-5003 (Foto: NASA)La GT-8 parte hacia el espacio (Foto: NASA)

    La que podría haberse convertido en la primera catástrofe espacial se inició cuando la Agena y la Gemini se encontraron como estaba previsto unas 6 horas después del lanzamiento. El encuentro orbital se llevó a cabo sin dificultades, como había ocurrido con las GT-6 y 7. Después, la nave tripulada se acopló a la Agena. Esta última era una modificación de la exitosa Agena-D, empleada en innumerables ocasiones como etapa superior. Su motor podía ser reencendido y su sistema de navegación y orientación posibilitaba una estabilización en sus tres ejes, lo que la hacía ideal como objetivo para un acoplamiento. Una vez completado éste, el motor de la Agena podía volver a ser utilizado para variar la órbita del conjunto.

    En la parte delantera de la Agena, una vez expulsado el carenado, estaba disponible la abertura de un collar pensado para la unión con la Gemini. Así pues, la GT-8 se acercó a él hasta completar el contacto físico. Sin embargo, en el mismo momento del contacto, Scott apreció que la astronave formada por los dos vehículos había empezado a girar sobre su eje longitudinal. Armstrong usó los motores de maniobra de la Gemini para compensar (suponía que el problema estaba en la Agena), lo cual logró, pero sólo de forma momentánea.

La GT-8, frente a la Agena (Foto: NASA)El procedimiento de acoplamiento (Foto: NASA)

    Armstrong separó a las dos naves tras 41 minutos de operación conjunta, y entonces el giro de la Gemini empeoró. La aceleración y el índice de giro alcanzó límites muy peligrosos, en la frontera de la desintegración de la nave. Por fortuna, asistidos desde la Tierra, los astronautas lograron utilizar los controles manuales y detener la rotación a tiempo. Una investigación de lo ocurrido confirmó que uno de los motores de maniobra laterales había quedado en posición de encendido tras el acoplamiento.

    Vistas las circunstancias, la N.A.S.A. decidió terminar la misión y ordenó el rápido retorno de los dos hombres durante la séptima órbita. La actividad extravehicular prevista (que debía permitir una visita a la Agena) sería cancelada y también otros muchos experimentos secundarios. El amerizaje se llevó a cabo sin otros impedimentos.

La cápsula es recuperada (Foto: NASA)A pesar de los problemas, la tripulación está a salvo en casa (Foto: NASA)

    El 25 de mayo, la agencia efectuaba otro importante paso adelante: para ensayar el uso de las instalaciones de lanzamiento, los ingenieros prepararon un cohete simulado llamado Saturn-500F. Lo colocaron junto a la torre de servicio y desplazaron el conjunto hasta la zona de despegue 39 gracias a un vehículo oruga. Exteriormente, el Saturn-500F era idéntico al Saturn-V y serviría para que el personal de tierra ganase experiencia en la manipulación, montaje y preparación del enorme vector.

    Al mismo tiempo, la N.A.S.A. experimentaba problemas con el desarrollo de algunas de las partes del complejo cohete. Sobre todo con la segunda etapa (S-II), cuyos motores eran incapaces de funcionar al unísono el tiempo previsto para su funcionamiento.

    No serían los únicos que padecían dificultades: el 24 de marzo, el tercer UR-500 Proton (211) había sido destruido en vuelo por el fallo de la segunda etapa, lo cual supuso la pérdida de un satélite N-4. Difícilmente sería posible viajar a la Luna si las máquinas que debían interpretar un papel estelar en la empresa se negaban a cumplir con su papel.

    A la espera de la resolución de estas dificultades, los astronautas americanos continuaron su entrenamiento: el Gemini-Titan-9 despegó desde Cabo Kennedy el 3 de junio. Su misión, a pesar de todo, sería algo distinta a lo esperado, ya que el vehículo Agena GATV-5004 con el que debían acoplarse inicialmente se había perdido durante el lanzamiento el 17 de mayo. Para evitar retrasos demasiado importantes en el programa, la N.A.S.A. reaccionó de forma rápida y decidió orbitar una astronave alternativa: el A.T.D.A. (Augmented Target Docking Adapter). Éste, basado en un vehículo Agena desprovisto de motores, fue enviado al espacio el 1 de junio a bordo de un Atlas. En la parte delantera llevaba el habitual collar para el acoplamiento.

El escudo de la misión GT-9 (Foto: NASA)Thomas Stafford y Eugene Cernan (Foto: NASA)

Cernan practica la extracción de la unidad de maniobra de la parte trasera de la cápsula Gemini (Foto: NASA)Listos para el despegue (Foto: NASA)

El lanzamiento del GATV-5004 resultaría fallido (Foto: NASA)El despegue del A.T.D.A. (Foto: NASA)

El despegue de la GT-9 (Foto: NASA)El "cocodrilo enfadado" (Foto: NASA)

El A.T.D.A., tal y como se abría visto sin el carenado (Foto: Mark Wade)

    Cuando Thomas Stafford y Eugene Cernan se aproximaron por primera vez al A.T.D.A., se encontraron con que su carenado protector no se había separado totalmente, otorgándole su famoso aspecto de "cocodrilo enfadado". A falta de unión, la GT-9 practicó tres aproximaciones, una de ellas muy parecida a las que realizarían las Apolo.

    El 4 de junio, Cernan salió al vacío en su traje espacial. Poco a poco, en el extremo de su cordón umbilical, se desplazó hasta la parte trasera de su nave, donde le esperaba una espectacular unidad de maniobra personal, una especie de sofisticada mochila equipada con propulsores que permitiría su desplazamiento controlado alrededor de la Gemini. Por desgracia, la frustración volvió a apoderarse de la GT-9, ya que, a despecho de sus esfuerzos, que lo dejaron agotado, Cernan no pudo desenganchar uno de los brazos de la unidad. Extenuado, los controladores le ordenaron volver al interior de la cápsula, un par de horas después de haber salido.

    Abandonados los dos principales objetivos, el resto del vuelo se desarrolló normalmente: los astronautas completaron los experimentos secundarios que tenían programados y se encaminaron de nuevo a casa. El amerizaje se produjo tres días exactos después del lanzamiento, en el Atlántico, convirtiéndose además en el primer evento de esta naturaleza televisado en directo.

La Tierra desde la GT-9 (Foto: NASA)Amerizaje con éxito (Foto: NASA)

Los astronautas saludan a las fuerzas de rescate (Foto: NASA)Los astronautas dialogan con sus esposas (Foto: NASA)

    A partir de ese momento, la atención se trasladó al cohete Saturn-IB, el cual debía efectuar su primer vuelo orbital. Su única carga útil sería la segunda etapa S-IVB y el propelente albergado en su interior. El despegue se produjo el 5 de julio y fue seguido por cuatro órbitas alrededor de la Tierra. El cohete (SA-203) cumplió su trabajo a la perfección, abriendo el camino a su utilización en el primer vuelo tripulado.

    Su equivalente soviético volvería a intentarlo casi en las mismas fechas. El 6 de julio, el cuarto UR-500 (212) colocó en órbita el pesado satélite astronómico Proton-3 (el último de la serie N-4). Su próxima carga útil sería ya por fin la nave que se emplearía para el viaje circunlunar.

    Sin solución de continuidad, la agencia norteamericana lanzaba el Gemini-Titan-10 el 18 de julio. Abandonada la idea de efectuar un paseo espacial sólo para probar la unidad de maniobra extravehicular, se decidió centrar la misión en las operaciones de aproximación y acoplamiento, que tan necesarias serían para el Apolo. En primer lugar, los astronautas John Young y Michael Collins se unieron en el espacio al vehículo GATV-5005, lanzado un poco antes que su astronave. Todo fue bien: ambos permanecieron en contacto durante más de 38 horas y los astronautas aprendieron a dominar la considerable masa del conjunto. El motor del Agena fue accionado durante 80 segundos, aumentando la altitud del tren espacial hasta los 427 kilómetros. Otro encendido redujo esta cifra hasta los 382 kilómetros, y un tercero restauró la órbita circular, a muy poca distancia de su próxima parada, el GATV-5003, utilizado por Armstrong y Scott durante la Gemini-8.

John Young y Michael Collins (Foto: NASA)Los astronautas posan para la posteridad (Foto: NASA)

Collins se entrena (Foto: NASA)Los dos astronautas, en el interior de su cápsula (Foto: NASA)

Los preparativos previos al lanzamiento (Foto: NASA)En dirección a la astronave (Foto: NASA)

El cohete del GATV-5005 (Foto: NASA)El despegue del GT-10 (Foto: NASA)

La Gemini se aproxima al vehículo Agena (Foto: NASA)El G.A.T.V. acciona su motor para modificar la órbita del conjunto (Foto: NASA)

    Por vez primera, una nave espacial efectuaba un segundo encuentro en órbita. Sin embargo, la Gemini-10 no se uniría a la vieja Agena. Acercándose a ella lo máximo posible (3 metros), Michael Collins se colocó su traje y abrió la escotilla para salir al exterior. Gracias a su pistola de gas, el astronauta se desplazó hasta el cohete, retiró un experimento sobre micrometeoritos, y después regresó a su nave. Cumplidos sobradamente todos los objetivos, la Gemini-10 volvió a la Tierra el 21 de julio, amerizando en el Atlántico.

John Young, poco antes del paseo espacial (Foto: NASA)La separación (Foto: NASA)

El amerizaje (Foto: NASA)Los astronautas son asistidos por el personal de rescate (Foto: NASA)

Young y Collins pisan la cubierta del barco (Foto: NASA)Sobre el portaaviones (Foto: NASA)

    El último ensayo previo del cohete Saturn-IB antes de que fuera declarado apto para transportar hombres a bordo se efectuó el 25 de agosto. El SA-202 envió al espacio a la cápsula Apolo CSM-011 y ésta demostró su resistencia a la reentrada a velocidades orbitales. La próxima misión, con el SA-204, tendría un esperanzador nombre: Apolo-1, el vuelo inicial que permitiría a la N.A.S.A. hacer la transición entre el sistema Gemini y el Apolo y ensayar al mismo tiempo una buena parte de los vehículos que viajarían a la Luna.

    Otra de las operaciones que debían ser demostradas para hacer viable el vuelo tripulado lunar era el acoplamiento inmediato, es decir, en la primera órbita, de dos naves. Eso ocurriría en principio cuando el Módulo Lunar despegara de la superficie selenita y debiera unirse a la cápsula Apolo en órbita alrededor de nuestro satélite. La autonomía del L.E.M. era limitada, de forma que la unión debía hacerse lo antes posible.

    Para probar que ello era viable, se lanzó la Gemini-11 con Charles Conrad y Richard Gordon a bordo (12 de septiembre). Pocos minutos antes les había precedido la acostumbrada astronave Agena (GATV-5006), que les esperaba en órbita. Cumpliendo todas las expectativas, ambos vehículos se unieron 1 hora y 20 minutos después del lanzamiento de la Gemini.

El escudo de la misión GT-11 (Foto: NASA)Richard Gordon y Charles Conrad (Foto: NASA)

La cápsula Gemini-11 es preparada para el despegue (Foto: NASA)La tripulación principal y la de reserva, en un momento de descanso (Foto: NASA)

El cohete del GATV-5006 (Foto: NASA)El Atlas-Agena despega desde Florida (Foto: NASA)

El lanzamiento del GT-11 (Foto: NASA)El acoplamiento entre ambas naves (Foto: NASA)

El vehículo G.A.T.V. (Foto: Mark Wade)

    Las siguientes horas también serían interesantes ya que Gordon se vistió con su traje extravehicular y emergió al vacío. Durante 33 minutos, unió un cable de 33 metros de largo a la Agena. Serviría, tras el desacoplamiento, para demostrar que era posible estabilizar una nave utilizando el gradiente gravitatorio terrestre, así como producir gravedad artificial mediante la rotación del conjunto. Gordon tendría que regresar antes de tiempo a la cápsula. Problemas derivados de su estado de extenuación le obligaron a abandonar algunas actividades.

    Antes de la separación entre la Agena y el Gemini-11, se ordenó el encendido de la primera. El resultado: la mayor altitud conseguida jamás por una nave tripulada, 1.368 kilómetros. Era ésta una maniobra lógicamente arriesgada, pero que la N.A.S.A. no podía dejar de llevar a cabo puesto que el programa Gemini se acercaba a su final. Un posterior encendido del mismo motor devolvió el conjunto hasta unos 259 kilómetros de altitud.

El paseo espacial de Gordon (Foto: NASA)Gordon se cansó demasiado pronto durante su estancia extravehicular (Foto: NASA)

Un cable une las dos naves (Foto: NASA)La Gemini desciende hacia el océano (Foto: NASA)

Los astronautas abandonan su cápsula (Foto: NASA)La misión ha acabado (Foto: NASA)

Se explica a la prensa el experimento del gradiente gravitatorio (Foto: NASA)

    La separación de las dos naves permitió ensayar la presencia del cable. El experimento de estabilización por gradiente gravitatorio no resultó, pero el giro para conseguir gravedad artificial se resolvió al menos de forma parcial. Por último, el cable fue liberado y la Gemini-11 regresó a la Tierra habiendo cumplido 71 horas en el espacio.

    Con el Saturn-IB y la cápsula Apolo a punto para su primer vuelo tripulado, el programa Gemini tocaba a su fin. La Gemini-12 sería su última representante, y James Lovell y Edwin Aldrin quienes la tripularían. El lanzamiento, el 11 de noviembre, fue precedido por el envío de un vehículo-objetivo Agena (GATV-5001). Su misión sería semejante a la que les había precedido, aunque los astronautas estarían mejor preparados para efectuar el paseo espacial. Por ejemplo, Aldrin tendría puntos de apoyo suplementarios, así como cables-soporte que impedirían su rápido agotamiento.

Edwin Aldrin y James Lovell (Foto: NASA)El traje para el paseo espacial (Foto: NASA)

Aldrin ensaya la actividad extravehicular (Foto: NASA)La tripulación se dirige a su astronave (Foto: NASA)

Los astronautas se acomodan en el interior de la Gemini-12 (Foto: NASA)El GATV-5001 vuela hacia el espacio (Foto: NASA)

El despegue de la GT-12 (Foto: NASA)El GATV-5001 sobre el fondo azul de la Tierra (Foto: NASA)

El conjunto Gemini-Agena (Foto: Mark Wade)

    Las dos naves se unieron en órbita unas 4 horas y 13 minutos después del inicio de la misión. El día 13, Aldrin salió al exterior y además de unir un cable a la Agena realizó diversas tareas en el área de equipos situada en la base de la Gemini. Permaneció 2 horas y 6 minutos en el vacío, sin sufrir ninguno de los molestos síntomas que afectaron a sus predecesores. Aldrin también realizó un par de paseos parciales, abriendo simplemente la escotilla para fotografiar el exterior.

Aldrin inicia su salida (Foto: NASA)Aldrin realizó el mejor de los paseos espaciales hasta la fecha (Foto: NASA)

El astronauta no muestra síntomas de fatiga (Foto: NASA)Aldrin, dentro de la cápsula (Foto: NASA)

Un cable une a la Agena y a la Gemini (Foto: NASA)El amerizaje (Foto: NASA)

Los hombres rana saltan al agua (Foto: NASA)Acaba la última misión del programa Gemini (Foto: NASA)

    El uso de la Agena para aumentar la altitud de la órbita fue cancelado cuando se descubrió un fallo en el sistema del motor, lo que aconsejó no intentar la maniobra. El resto del vuelo se deslizó plácidamente en medio de numerosos experimentos secundarios, hasta que por fin, 84 horas y media después del lanzamiento, la Gemini-12 amerizaba en el Atlántico.

Maqueta de una Gemini ampliada, que no llegó a construirse (Foto: McDonnell Douglas)

    El programa Gemini había concluido, y con él se iniciaba la fase más trascendental de la iniciativa lunar.

 

HOMBRES...

    Por si hubiera alguna duda de que la U.R.S.S. estaba realmente inmersa en un difícil pero coherente programa lunar tripulado, podemos destacar las manifestaciones de Alexei Leonov, efectuadas el 10 de abril de 1966, confirmando el entrenamiento de un grupo formado por 18 hombres en las tareas del viaje hacia la Luna, así como las del también cosmonauta Vladimir Komarov, quien el 10 de julio de ese mismo año, en Japón, insistió sobre que su país llegaría a su objetivo antes (12 meses) que los americanos.

    No está claro si los comentarios realizados por cosmonautas y dirigentes del programa estaban regidos por una versión de los hechos más o menos oficial, o si simplemente desconocían muchos de los aspectos que rodeaban a su propio trabajo. La realidad es que en muchas de sus aseveraciones pueden detectarse inexactitudes sorprendentes y aun increíbles, propias de un deseo de modificar -para bien- la imagen externa de las actividades espaciales de la Unión Soviética. El clima político en el que se desenvolvió la carrera lunar podría justificar muchas de las contradicciones en las que incurrieron unos y otros, contradicciones que a menudo contribuyeron a confundir todavía más a la opinión mundial respecto a la magnitud real del programa soviético.

Un prototipo del módulo lunar soviético, el LK (Foto: Mark Wade)    Hacia el 2 de septiembre de 1966, el centro de entrenamiento de cosmonautas, situado a las afueras de Moscú (Ciudad de las Estrellas/Zvezdny Gorodok), completó la asignación provisional del grupo de candidatos a cada uno de los programas tripulados iniciados. En Occidente, sólo eran conocidos hasta la fecha dos programas aparentemente ya finalizados, Vostok y Voskhod. Se suponía en marcha un proyecto en dirección a la Luna y poco más. Pero la realidad era otra: la herencia de Korolev y sus seguidores había sido mucho más fecunda. Por un lado, según Molchanov, existía el programa Soyuz propiamente dicho (código 7K-OK, 11F615), que suponía la utilización de dichas cápsulas en órbita terrestre para una gran variedad de misiones (experimentales, científicas, acoplamiento orbital...), y al cual fueron asignados los cosmonautas Bykovsky, Gagarin, Gorbatko, Khrunov, Kolofin, Komarov, Nikolayev y Voronov. De forma independiente, existía otro programa Soyuz, en este caso militar (7K-VI), cuyo objetivo era explotar el potencial del Hombre en el espacio para este tipo de tareas menos científicas. A él quedaron asignados Artyukhin, Belousov, Gubarev, Gulyayev, Kolesnikov y Popovich.

    Para el programa lunar, se iniciaron dos grupos paralelos: el relacionado con la circunnavegación (7K-L1) contaba con Bykovsky, Dobrovolsky, Kolodin, Komarov, Volynov, Voronov y Zholobov; el que contemplaba el aterrizaje (7K-L3) mantendría entre sus filas al propio Gagarin, Gorbatko, Khrunov, Leonov, Nikolayev y Shatalov.

    Por último, Filipchenko, Kuklin y Titov quedaron enmarcados en el programa militar Spiral, que como sabemos consistía en una avión espacial nacido como respuesta a la propuesta americana X-20 Dyna Soar. Cuando el X-20 fue cancelado, el Departamento de Defensa americano inició el proyecto llamado M.O.L. A esta amenaza, la U.R.S.S. contestó a su vez con su propia estación orbital militar, la Almaz, y asignó como candidatos a tripulantes en esta fase inicial a los cosmonautas Belyayev, Beregovoi, Dyomin, Lazarev, Matinchenko, Shonin, Vorobyov y Zaikin.

    Muchos de estos hombres nunca llegaron a volar. Otros, como puede apreciarse, estaban destinados a compartir diversas responsabilidades, mientras que el resto fueron reemplazados, reasignados a otros programas o transferidos.

    La presencia de Mishin al frente del programa lunar se hizo sentir en estas asignaciones. El ingeniero quería evitar la inclusión de militares en los programas L-1 y L-3, así que varios de sus colaboradores civiles fueron enviados a entrenarse como cosmonautas el 23 de mayo de 1966. Los ocho seleccionados fueron Anokhin, Bugrov, Dolgopolov, Grechko, Kubasov, Makarov, Volkov y Yeliseyev. Tres de ellos fueron desestimados por razones médicas. Al mismo tiempo, y dado que durante la primera fase del programa Soyuz se probaría uno de los aspectos fundamentales que intervendrían en el viaje lunar (el acoplamiento orbital de dos o varias naves), Mishin decidió incorporar juntos a algunos de los integrantes de los grupos L-1 y L-3.

    Conforme avanzaba el tiempo, era evidente que el proyecto prioritario, y el que tendría más probabilidades de alcanzar el éxito, continuaba siendo el de la circunnavegación lunar. Mishin propuso entonces reforzar el grupo de cosmonautas que servían en él para proporcionar una mayor flexibilidad a la hora de programar los futuros vuelos. Beregovoi, Bykovsky, Gagarin, Grechko, Khrunov, Komarov, Kubasov, Leonov, Makarov, Nikolayev, Shatalov, Volkov, Volynov y Yeliseyev, serían los 14 elegidos para permanecer en él. Gagarin, por supuesto, los comandaría. El 8 de enero de 1967, dos civiles, Rukavishnikov y Sevastyanov, se incorporaron al extenso equipo. más

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